En cada momento que la empresa
realiza un proyecto, crea una gran cantidad de información y de conocimiento
sobre cómo se ha avanzado éste; cómo ha resultado el rendimiento de su equipo,
las técnicas usadas, los proveedores y un largo etcétera. No siempre se guardan
y recogen de una manera apropiada, para que pueda servir como arranque a la
hora de desarrollar los siguientes proyectos.
Ciertamente, es habitual que
subsista en las personas que han participado. y que, si éstas abandonan la
empresa, también lo hace el conocimiento y por tanto una parte muy valiosa sale
por la puerta y se pierde.
Recopilar las lecciones aprendidas
Entonces, se entiende como fundamental, desplegar un sistema adecuado para ir compilando tanto la información como los registros generados, como las lecciones aprendidas, es decir, las situaciones tanto negativas como positivas que son relevantes para futuros trabajos. Aquí es necesario que las empresas tengan una estructura horizontal de apoyo para establecer cómo hacerlo y se cerciore de que así se hace. Con el siguiente paso sería que estas lecciones aprendidas no se quedaran en papel mojado, sino que realmente ayuden a los siguientes proyectos.
Las oficinas de proyecto, PMO
(Project Management Office), puede ser un elemento efectivo para este fin de
hecho y según aparece en la publicación mensual de PMI de PM Network, de las
empresas que tienen una transferencia efectiva del conocimiento, el 90% de
ellas disponen de una PMO. Algo importante, si lo comparamos con el 16% en
organizaciones con una baja eficiencia en este aspecto.
Alineación entre calidad y proyectos
Indudablemente, del área de
conocimiento de calidad hemos aprendido lo que David T. Earns decía: en la carrera
por la calidad no hay línea de meta, nos viene a indicar que eternamente se
puede ir mejorando en algún aspecto y un gran resultado es fruto de muchos
pequeñas mejoras y cambios.
Esta afirmación la podemos aplicar
a empresas que desarrollan operaciones o proyectos en el tiempo. Parte de una
situación inicial, y cada plan, tanto exitoso, como si no ha conseguido sus
objetivos, supone dar pasos hacia la excelencia y a un mejor desempeño del
proyecto en todas sus áreas.
Depende de la comprensión
Si sabemos que es algo tan básico
e importante para el triunfo de una compañía, tendríamos que preguntarnos por
qué no se aplica siempre en todas los sectores y tipo de compañía. Muchas son
las razones, pero me centraré en dos:
*.- Temor de muchos de los
participantes en los proyectos y que son los que realmente disponen del
conocimiento, a ser sustituidos y creerse –falsamente- más indispensables y
seguros en sus puestos de trabajo.
*.- Recopilación y gestión de la
información requiere dedicar tiempo y recursos a hacerlo. Y si la dirección de
la compañía no está completamente identificada y volcada en este aspecto,
probablemente el tiempo se irá hacia otras cosas más urgentes como el inicio de
otros proyectos o la resolución de cualquier otra crisis.
¿Qué opinas sobre esto? ¿Cómo lo haces en tu compañía? ¿Tienes alguna sugerencia? Me encantará saber lo que tienes que aportarnos
El conocimiento que no se comparte pierde por completo su valor
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¡Tanto ellos como yo te lo agradeceremos!
Basado en el artículo de Ángel
Nájera Pérez publicado en Wolf Project
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