Durante esta semana en una conversación
con un buen amigo, este estaba cabizbajo y no sabía cuál era la causa, le
estuve preguntando y preguntando para sonsacárselo, hasta que al final me dijo
que en su empresa iba a haber una restructuración y que le iba a afectar de
lleno, con posible baja laboral.
Os pongo en antecedentes, llevaba
más de 12 años en la misma compañía, entró como delineante ya que en su día no
pudo, o más bien no quiso por vago, acabar la ingeniería técnica (en nuestros
días Peritos).
Le comenté, como es normal, que
ahí no se acaba el mundo, sino que, todo lo contrario, que ahí comenzaba la
emoción de vivir y perseguir unos objetivos diferentes en su vida, que no todo
se acaba por cambiar de empresa, que existe un campo casi infinito de
posibilidades ahí fuera. Y que el cambio de objetivos es bueno y saludable,
desde mi punto de vista, y no digo que sea el correcto, tener un objetivo en la
vida a los 20 años y seguir con el mismo a los 43, como es mi caso, me resulta
un poco extraño, ya que, por ejemplo, a mí la vida me cambió de una manera abismal,
quien me iba a decir a mí a los 20 que con 43 iba a tener casa propia, bueno
más bien del banco y yo se la pago, 3 hijos, mujer y 2 coches, ¡!Mamaiña!!, me
da un soponcio o un telele, o ambas cosas a la vez; y de ahí ya, irrecuperable.
Ese es uno de los motivos por lo que me parece extraño el mantener esos
objetivos invariables desde tan joven.
Mis amigos por aquella época no
daban crédito a lo que hacía, alucinaban, me llegaron a tachar de poco
inteligente y que lo que hacía era para escapar de la familia; tuve que
aguantar tonterías a la manera y tragarlas interiormente, ya que si hacía y
hago todo esto es por ellos, por mi familia.
Él no lo veía así, más bien lo ve
como un reto casi imposible de franquear, además le añade que al no tener más
estudios que los de delineación que no iba a tener un puesto como el que tenía
ahora y que perdería poder adquisitivo y que posiblemente sería un trauma para
la familia y que, y que y que…
Eh aquí el quid de la cuestión,
el tío está asustado por su falta de formación oficial, interesante, pero no me
cuadra a mí, me resulta extraño esa especie de depresión por esta causa.
Yo entiendo que era rara la
persona de mi edad, este año cumpliré los 43 D.M., que ha cogido los bártulos
debajo del brazo y se ha ido a trabajar al extranjero como he hecho yo en su
momento, obra en Sudáfrica, ahí iba yo, obra en EEUU, de cabeza; otra obra en
México, sin dudarlo, y así una obra tras otra, de país en país hasta ahora,
algunos añitos después. Hace poco eché los números y me han dejado un poco
fascinado a grandes rasgos y sin entrar en profundidad son 4 continentes, 13
países y 28 ciudades, ahí es ná. No pongo estos números para que la gente
piense “que chulito el tío”, además de que he aprendido a vivir sin importarme
lo que opine la gente, solamente me interesa lo que opina mi entorno; son datos
que doy para entender que no hay que tener miedo a salir de tu zona de confort,
hazlo, atrévete, hay literalmente un mundo entero por descubrir ahí fuera,
solamente tienes que atreverte a descubrirlo. Pero de ahí a no querer salir de
tu caparazón, va un mundo.
Me fui de nuestro País, en ese
momento en que en España se respiraba un aire de bienestar y que todo era
bonito y maravilloso, esa época en la que se hacían inversiones públicas de
impresión, que había una tasa de desempleo sino recuerdo mal del 19%, no me
hagáis mucho caso lo digo de memoria, ya sufríamos entonces de titulitis, pero
es que me da la impresión de que se ha agravado enormemente, veo que existe una
sobretitulación para las ofertas de trabajo que hay, y que realmente, de sueldos/salarios
de cuando yo acabé la carrera, en vez de ir para adelante, hemos ido como los
cangrejos, para atrás.
Entonces, aquí me encuentro con
un grave dilema que intento explicar a mi buen amigo, el tema de la titulitis. De
los países en los que he trabajado, al menos en estos, no le dan tanta
importancia al título de la persona como a tu background, o experiencia
profesional, es en nuestro País en el que se sigue exigiendo cierta titulación
para llegar a tener un buen puesto de trabajo. INAUDITO SEÑORES, Welcome to the
twenty-first century ladies and gentlemen, cambiemos el chip por favor, ya no
solamente por el bien de la sociedad sino por el suyo propio, lo que todavía no entiende el empresario español es que potenciar la eficacia de las personas es oportunidad estratégica de negocio y una fuente de ventaja competitiva de la empresa - Pablo Maella -
Vamos a ver con datos y empresas
reales, punteras a nivel mundial, miremos por ejemplo a Google, que podríamos
considerar como un monstruo de empresa, pero por su tamaño, no por nada más.
Estuve leyendo hace tiempo una
entrevista al director de personal, perdón RR.HH. de Google España, Portugal,
Turquía, Oriente Medio y Norte de África, vamos casi ná, reconozco que un poco
añeja, pero no desfasada, del año 2015, os dejo el enlace por si os apetece
leeros la entrevista; pues ahí donde lo veis se llama Javier Martín, y sí, efectivamente
es español, y realmente creo que un número uno; en fin, habla sobre muchas cosas
interesantes en la entrevista, pero nos dice cosas que si no estás actualizado
te puedes sentir hasta mal, cosas como que En
las empresas lo importante en los profesionales deberían ser sus aprendizajes y
no sus conocimientos. En Google la formación es un 70% experiencial, un 20%
mentorizada y sólo un 10% REGLADA o cosas como que el talento atrae al talento y que
no hay nada mejor que contratar profesionales más listos y preparados que tú.
Sí, sí que todo eso está muy bien
y todos decimos amén, y que es lo perfecto, pero por favor, seamos francos y
sinceros, que alguien que lleve un tiempo trabajando en empresas de carácter más
tradicional levante la mano para decirme que a ellos les han dicho algo similar
o parecido… creo que muy poca gente en este País.
Señoras y señores, tomemos esto
un poco más en serio y dejémonos de monsergas, lo primero que hay que hacer es cambiar nuestra actitud personal hacia
la vida, tenemos que ser más decididos, más abiertos, cambiar el chip cada uno
de nosotros, pero siempre teniendo los pies en la tierra. Una vez que
consigamos cambiar nuestra actitud personal, tendremos que pedir a las empresas
que cambien de actitud con el trabajador, que se pongan al día, que actualicen
su matriz de pensamientos, que esto ya no es el siglo XX, que esta era es la de
la información que necesitamos un cambio de actitud por su parte para que
nuestra sociedad evoluciones y con ella nosotros. Si se mejora la eficacia de las personas, se mejora la eficacia de una organización -Pablo Maella-.
Ahi que entender que no
debemos de amedrentarnos por una actitud, debemos plantarle cara y buscar
soluciones viables, quizás no podamos solos, pero sí trabajando como un equipo.
Como final de este post, me
gustaría poner una frase positiva y motivadora y que mejor que esta:
Si algo no ha salido como esperábamos, aprendemos de ello. Así nunca
fracasaremos, porque quien aprende de una experiencia, por mala que haya sido,
ya ha tenido éxito.
Ojalá fuese mía, pero no, es de Pablo Maella, una persona realmente conocedora de la eficacia y la productividad
humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario